sábado, 21 de marzo de 2015

La concentración de la edición y la comercialización

INDUSTRIA EDITORIAL

La Cámara del Libro, preocupada por la concentración de la edición y la comercialización

Se trata de un fenómeno actual que preocupa a los dirigentes de la Cámara Argentina del Libro (CAL), pese a que el sector tiene un ritmo sostenido de ventas con un promedio de 5.000 millones de pesos anuales.

"Los autores consagrados terminan publicando en las grandes editoriales, pero nadie nace consagrado, por eso es importante poner como política nacional, la defensa de las pequeñas editoriales, pensando al sector no como una industria más, sino como industria cultural", señaló el presidente de la CAL, Izaac Rubinzal.

"Como Cámara que nuclea a las empresas nacionales nos preocupa el alto grado de concentración de la edición y la comercialización. Nosotros tenemos socios a pymes nacionales y es importante ir generando las condiciones para que estas pequeñas empresas subsistan", añadió.

Ese interés radica en que las pequeñas editoriales son las que publican las obras de nuevos autores, en especial de los del interior del país, más limitados por su lejanía con los grandes grupos editoriales.

"Aquí debemos partir de la base de que los autores nóveles y los que residen del interior del país, comienzan con este tipo de editoriales. Es un problema que tiene incidencia desde el punto de vista cultural", insiste Rubinzal en diálogo con Télam.

"Los autores consagrados terminan publicando en las grandes editoriales, pero nadie nace consagrado, por eso es importante poner como política nacional, la defensa de las pequeñas editoriales"
Izaac Rubinzal, presidente de la CAL
En 2012, según datos de Indec, el sector facturó 1.900 millones pesos por las editoriales que se convirtieron en 3.800 millones por venta al público, mientras que en 2013 las editoriales facturaron unos 2.500 millones de pesos y 5.000 millones por venta al público.

En el país, la CAL tiene afiliadas 450 editoriales y casi la mitad de éstas registraron el año pasado menos de cinco títulos, explicó Rubinzal para ejemplificar la concentración del sector.

"Un tema que nos preocupa es que aquí hay 10 empresas que tienen el 30% de la producción -medido en cantidad de títulos- pero en venta de ejemplares (libros) tienen el 50 por ciento".

En el país hay 1.600 librerías, pero la mayoría son de venta de libros y papelería, mientras que librerías puras -únicamente libros- solo hay 450.

"Acá hay otro fenómeno preocupante, que es el de  las dos principales cadenas (que reúnen editoriales y librerías) que operan en el país y que entre ambas tienen más de 70 sucursales, e incluso una de ellas  está en una etapa de expansión, es decir abriendo nuevos locales de comercialización.

El año pasado se publicaron en el país unos 28.000 títulos, que implicaron más de 88 millones de ejemplares vendidos.
Rubinzal explicó que de ese total, por el canal comercial -el que va por librería- soló pasaron 40 millones de ejemplares. El resto correspondió a la distribución por parte de entidades públicas, organismos oficiales, entre otros. 

Otros datos aportados por el titular de la CAL muestran que el año pasado la industria del libro registró importaciones por 33 millones de dólares y 21 millones en exportaciones -mayoritariamente con destino a la región de Latinoamérica.

Para el presidente de la CAL es importante que haya pequeñas librerías diseminadas en el país para que el libro llegue a todos los rincones de una geografía tan extensa.

"Para eso -afirmó- es necesario gestar políticas de Estado para combinar esta relación de pequeñas librerías con editoriales y lograr así un diversidad cultural".

Asimismo sostuvo que "estas pequeñas editoriales son las que concentran la diversidad cultural, sin ellas, en especial  autores que recién empiezan, desconocidos y /o del interior país, a los que les resulta más difícil llegar a las grandes editoriales que por lo general están en la capital, posiblemente nunca llegarían a publicar sus trabajos".

Señaló que otro tema que requiere ser observado es el de la distribución, pues "se hace difícil sin librerías sólidas comercialmente en todo el país, poder llegar a la gente que reside en lugares alejados de los grandes centros urbanos ".

En cuanto a  la demanda de libros, sostuvo que  "con pequeños altibajos se mantiene,  pero aquí lo que preocupa -insistió- es la concentración de editoriales, pues cada vez se hace más difícil la subsistencia de las pequeñas. Además, esta  concentración de editoriales  puede terminar limitando la aparición de nuevos talentos”.

En esas pequeñas editoriales se pudo comprobar “la alta calidad de los contenidos que hay en ellas, y eso quedó demostrado en las compras que viene haciendo el Estado, fundamentalmente el Ministerio de Educación, a partir de un proceso de selección realizado con la opinión de  los organismos educativos de todas las provincias del país”,  remarcó.

Por último, Rubinzal recordó que el sector sigue bregando por un viejo proyecto  que perdió estado parlamentario,  pero que no abandona  que es la creación del  Instituto Nacional de Libro Argentino, lo que en su opinión “permitiría  solucionar muchos  de estos  problemas “.