miércoles, 23 de octubre de 2013

EL DESTINO DEL LIBRO

El segundo día del VI Congreso Internacional de la Lengua Española (www.cile.org.pa) abrió con un tema que ha creado mucho debate durante los últimos años: la amenaza de que la era digital se convierta en un gigante capaz de hacer desaparecer la imprenta.
Sin embargo, para Raúl Padilla López, “el futuro, más que de amenazas, está lleno de oportunidades para el libro en español y para nuestra lengua en general”.
Padilla recordó cómo en 2001, durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la cual fundó y preside, Apple y Adobe presentaban la viabilidad del libro electrónico pero nadie creía en que pudiera tener éxito.
Nos encontramos ahora, una década después, con Kindles y iPads con los cuales tenemos acceso a miles de títulos que podemos descargar sin añadir peso a nuestras carteras o maletines. Y entramos en una propuesta interesante, la bibliodiversidad que “debería ser un derecho humano pues todos debemos tener acceso a libros y conocer nuestra propia historia a través de ellos”, afirma Padilla.
Hoy en día los jóvenes con acceso a una Tablet leen más, y es que nos encontramos en un proceso de “redefinición” del libro. “Debemos pasar del espacio donde el lector comulgaba solo con la palabra y abrirnos a la posibilidad de una experiencia multimedia donde existe la palabra acompañada de video, fotografías y hasta juegos”.
El libro impreso, tradicional y fiel amigo, es el pilar de una industria que genera 151 millones de dólares al año, más que la industria del cine o la música. Sin embargo, el crecimiento de la industria se ve frenado por las dificultades de distribución. Ana María Cabanellas sabe que la medida correcta para superar esta situación es la libre circulación y que lo digital es una herramienta que lo facilita. “No se puede negar la importancia de la libre circulación que permitiría llegar a más lectores y es sabido que la lectura colabora a la formación ciudadanos libres. Con mayores ofertas y precios más bajos enfrentaríamos la piratería.”, afirma Caballenas.
Y es justamente el auge de la piratería, más allá de la crisis económica, la que ha afectado tanto al mercado que es 22% más pequeño que hace 5 años. “Solo 32% de los que se descargan libros en España, lo pagan”, aporta José Creuheras, vicepresidente de Grupo Planeta. “El consumidor tiene poca conciencia sobre el valor de la creación intelectual y la ausencia de leyes que la protejan ayuda al quiebra la cadena de valor del libro. La piratería es un delito que se afronta con un verdadera compromiso por parte de los legisladores y la sociedad”.
La industria del libro vive la mayor transformación de su historia. No sabemos qué nos espera, porque como dijo Padilla, “no nos espera descubrir un nuevo mundo como Colón, sino que nosotros debemos construirlo y debemos construirlo juntos”.

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